Porno y censura
La primera consecuencia de esta presión ha sido la retirada de varios miles juegos de Steam y de Itch.io. En última instancia ambos portales (sobre todo Itch) son demasiado pequeños como para hacer frente a las presiones de las plataformas de pago. Por supuesto esta está afectando de manera sobredimensionada a juegos de temática LGTBQ+, que ya tienen un mercado menor y más dificultades proyectándose. Pero en general el mercado de juegos pornográfico es bastante pequeño en ambas plataformas. Las dos ocultan estos juegos por defecto y hay activar la opción de mostrar contenido adulto para verlos.
El problema de todo esto es que creo que el ángulo de enfrentarse a esto porque puede acarrear incluso más censura en el futuro es incorrecto. Ni Collective Shout ni ningún otro grupo debería tener la capacidad de presionar a terceros para impedir la venta de juegos que consideren inmorales. No hay que defender los juegos porno para evitar que un grupo aún mayor se vea afectado. Hay que defender los juegos porno porque el porno es defendible. Es una expresión tan válida de humanidad como cualquier otro género artístico.
La pornografía se suele consumir en la intimidad y no existe una pornografía mainstream como si existe el mainstream en otro géneros. Y menos aún en los juegos eróticos, generalmente de un solo desarrollador y con un público potencial muy pequeño. Ninguna de las novelas visuales afectadas por esto tiene más de medio centenar de jugadores simultáneos en Steam. Como producto de extremadamente nicho que son, pueden tratar temas, tabúes y fetiches que nos hagan sentir incómodos o incluso nos repulsen. Ese no puede ser motivo para censurarlas. También hay que tener en cuenta que el consumo de pornografía con algún determinado elemento no quiere decir que se quiera eso en la vida real. No creo que la mayoría de la gente quiera follarse a sus parientes políticos, pero año tras año es uno de los temas más populares en PornHub.
La ficción siempre ha sido un espacio seguro para explorar temas y tabúes que no queremos ver en al vida real. Ni los autores de novela negra quieren matar a nadie ni los de Zerat Games quieren que nadie abuse de su propia madre.
Atacar el porno es muy fácil porque la reacción más habitual es sentir vergüenza de defenderlo. Luchar contra esta vergüenza es el primer paso para enfrentarse a la ola de puritanismo que pretende arrasar con los avances sociales de las últimas décadas. No se trata de ser depravados, hay que rechazar el concepto de depravación. No podemos debatir desde su marco operativo, hay que rechazar su realidad y establecer la nuestra.


Comentarios
Publicar un comentario